Esas veces en que la miras, tan cerca y tan lejos, un icono verde que puede significar la verdad de lo absoluto que son tus emociones en el momento que lees su nombre, observas, piensas, calculas pero a final de cuentas no haces nada por no incomodar, o en caso contrario ni siquiera piensas en los asuntos triviales y envías el mensaje, con intenciones de ser recibido y respondido con la misma injundia con la que has escrito pero no, todo es en vano, en este caso miras la pantalla, no piensas, quieres actuar pero no lo haces, Por que? pero es una pregunta fugaz que se disipa como el humo de cigarro frente a un ventilador
un si calculas todo lo que puede suceder, no estas preparado y terminas por hacer lo mismo de siempre, no enviar el mensaje, y lo haces la siguiente vez, pero no es respondido y nuevamente tienes el algoritmo del amor por los suelos, es entonces cuando evocas a la imaginación y talento un texto tan profundo como el océano pacifico y tan intenso como las llamas de sol, pero no estas conforme y continuas escribiendo, hasta que te has dado cuenta de que ya no es necesario que lo hagas, le has dado tantas vueltas al asunto que ha quedado mas claro que un cristal recién pulido, lo envías, poniendo tu corazón en ese arranque
pero que sucede, no eres tu el que esta al otro lado del Internet, listo para recibir un mensaje, no eres tu que sabes las emociones que conlleva, no, no eres tu, tu solo estas de un lado, aun así esperas unos cuantos minutos para saber si ha leído y comprendido lo que acabas de hacer y voila, lo hace, pero error no lo hizo de la forma esperada y terminas por recibir un mensaje mal contestado nada estratificado y finalmente te sientes conforme con lo que hiciste aun si no se le tomo la importancia que esperabas, es por eso que la mayoría de las veces un escritor no muestra sus trabajos y se pierden como el cielo en el horizonte lejano al tacto e incluso al pensamiento.
-Vash
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